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Cambio 01/07/2011



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MUY PRONTO VOY A PASAR EL RELEVO
La Razón 07/03/2011
Los títeres han sido la pasión de Morayma Ibáñez desde su juventud. Sin embargo, una caída durante una presentación en Oruro la ha alejado momentáneamente de los escenarios. Mientras se recupera, la artista paceña reflexiona sobre sus inicios en la danza, su paso por el teatro y sobre su ingreso al mundo de los muñecos. Morayma Ibáñez se siente cómoda cuando está rodeada por los diminutos personajes que ha ido creando con sus propias manos a lo largo de los años. Esta paceña de 73 años —una de las titiriteras más reconocidas del país— nació para ser artista. “La verdad es que no sé cuándo empecé a querer dedicarme al arte; para mí fue lo más natural del mundo, desde que era niña. Pero ya en el colegio, Mora (como la llaman los amigos) tenía que participar todos los lunes en la hora cívica. Y siempre era: ‘la Mora que cante’, ‘la Mora que recite’... Todo me tocaba hacerlo a mí. Y el asunto se ponía horroroso y, por eso, por un tiempo ya no quería ir al colegio”. Ibáñez comenzó como aprendiz de bailarina. “Me gustaba mucho danzar y a mi madre también. Por eso fue ella quien me llevó a clases de danza. Estuve en este mundo por muchos años. Yo era una bailarina de carácter, se puede decir. Y como hacía teatro, me daban papeles con personalidad. En el ballet Giselle interpreté a la madre de la protagonista, que es más actuación que la misma danza”, explica. Tras esta experiencia, Ibáñez se decantó por el teatro. Comenzó en la compañía Nuevos Horizontes, en Tupiza, una de las más reconocidas de la época. Morayma había llegado a esta localidad potosina a culminar sus estudios. Posteriormente formó parte del Teatro Experimental Universitario de la UMSA y del Teatro Nacional Popular. “Yo estaba estudiando artes escénicas cuando se me presentó la posibilidad de formarme con el maestro argentino Alexis Antigues, quien dio talleres de títeres, marionetas y de mimo, que son también especialidades teatrales. Me fascinó ver cómo él manejaba los muñecos. Entonces estaban los famosos (titiriteros) trashumantes que andaban por los caminos. Los argentinos han hecho la vanguardia de todo eso, así que aprendí todo lo que pude de él. Fue un maestro muy lindo que nos dejó huella, sobre todo a mí, que a la par que la actuación, continué haciendo muñecos para, luego, dedicarme a ello”. Desde entonces, Ibáñez ha desarrollado con éxito el arte de los títeres. De sus manos han nacido muñecos y obras de teatro que han dado vida a seres de ensueño. “Empezamos con muñecos de guante, que son los tradicionales, aunque no son tan fáciles de manejar como la gente piensa. Se necesita de una gran habilidad para lograr un buen trabajo. Hay grandes figuras en esto, como los hermanos Di Mauro y otros maestros que con gran prestancia lo han logrado. Manejar los muñecos y hacer que caminen, que hablen, que se rían, que piensen... todo este trabajo no es cualquier cosa”, explica con seriedad. Los deseos por empaparse de estas técnicas llevaron a la joven artista a estudiar un año en Francia, en la región de Nancy. “Fue un año muy intenso, con maestros de la talla de Jerzy Grotwsky, que es uno de los más conocidos en el mundo. Como era bailarina, el trabajo físico no se me hacía difícil, me fascinaba; yo me entregaba completamente a todas las tareas. La parte teórica no me gustaba mucho, la verdad —ríe—. Bueno... sí me interesaba, pero todo era en francés”. Al principio, Mora se encontró con problemas idiomáticos, porque no sabía mucho francés. Sin embargo, siempre guarda en la memoria a una amiga japonesa y a otra turca —que no sabían español—, quienes le obligaron forzosamente a comunicarse con ellas en el idioma gabacho. “Claro que también tenía amigos españoles, pero no quería saber nada de ellos, si no, no hubiera aprendido nada de francés. En realidad, todo ese período en Francia fue de mucho aprendizaje, además tuve muy buenos maestros. Figuras en los años 60”. Tanto hablar de aquella época ha despertado nostalgia en la artista. Pronto comparte algunos de sus álbumes más antiguos. Los tiene divididos por las actividades: danza, teatro y marionetas. En uno de ellos están las fotografías que le tomaron durante su estadía en la localidad de Nancy. Vestida con una malla oscura y una sonrisa en la cara, una joven Morayma aparece en un pupitre, sujetando un cartel e interactuando con sus compañeros. Han pasado los años, pero aún recuerda, si no algunos nombres, al menos sus nacionalidades. En los recortes de periódicos bolivianos de la época, los titulares anuncian con todo lujo de detalles que la actriz paceña abandona el país con una beca para continuar sus estudios a Francia. Un año después, los periódicos anunciaban su regreso triunfal a La Paz. Una de las primeras obras en las que participó Ibáñez tras su llegada de Europa fue Los 3 generales, en la que interpretó a Juana Sánchez, la mujer del tirano cochabambino Mariano Melgarejo. Y, como siempre que había subido a las tablas, moverse le fue fácil al tener en el cuerpo la memoria de la danza. “Creo que el baile es muy importante para el teatro”, reflexiona. Claro que también se contagia a la vida diaria, de hecho, “mis amigos me preguntaban con extrañeza qué estaba haciendo, porque en vez de correr de forma normal, hacía el pas de bourré”, se ríe. Ibáñez fue parte de la formación del Pequeño Teatro, en el que participaba con sus muñecos. Cuenta sonriendo cómo “me birlaron el nombre”. Con todo, su compañía de teatro tuvo muchos nombres a lo largo de los años, hasta que se estableció hace unos16 años Actoral Colibrí. “Y con éste he estado hasta el día de hoy junto a mis jóvenes compañeros, haciendo cosas, renovándome constantemente, porque en este trabajo hay que hacer camino al andar, no hay maestros o escuela de titiriteros en Bolivia. Es una constante investigación la que hacemos”. Ibáñez confiesa que no sabría precisar cuántas obras ha hecho a lo largo de su carrera: en el ballet, la danza folklórica; a sus años como actriz o a las obras teatrales realizadas con los títeres. De estas últimas, lo que sí le queda claro es que todas las escribió junto con su equipo. “Nosotros redactamos nuestros propios guiones, porque no hay autores que puedan hacerlos. Escribimos nuestras historias, hablando con la gente que nos dice qué les interesa, las pautas de lo que quiere. A partir de ahí construimos el argumento”. La última pieza que presentaron fue la de Jatita y sus amigos. Se trata de un intento por mostrar que es posible y necesario apostar por la integración pacífica de todos los pueblos del mundo. Los niños viajan por la historia montados en quirquinchos, en llamas y otros animales típicos de Bolivia. Las travesías terminan en charlas con pequeños de lugares lejanos. Y, como toda obra, la protagonista, Jatita, tiene un antagonista. Es Alk’amari, un pájaro de mal agüero. “A veces es un animal, a veces es una persona. Nadie lo conoce, pero es el que quiere que todos nos vayamos a pelear, y a confrontar. Sin embargo, los niños, desde sus butacas, protestan y dicen que ellos no quieren pelear. Así, ellos combaten siempre contra la maldad”. En esta obra, como en muchas escritas por Morayma Ibáñez, se muestra la diversidad de las culturas del país. Altiplano, valle y trópico están representados. “En esta ocasión lo importante es el movimiento, así que los muñecos son de varilla”. Mientras habla hace bailar a un pequeño ser vestido con el traje de los macheteros del departamento de Beni. A su lado se luce una coqueta muñeca lista para bailar la saya afroboliviana que sorprende por lo primoroso de su aspecto. Mora también ha trabajado como encargada de vestuario en numerosas obras y por ello, a nadie debería sorprender que ella misma haya hecho los trajes de sus personajes inanimados. Caída y fractura En una presentación de Jatita y sus amigos en Oruro, Morayma sufrió una caída del escenario y se fracturó las dos manos. “Las marionetas son pesadas, tienen soporte y para hacerlas caminar metemos los dedos por la espalda de éstas. Cuando caí, yo estaba prisionera del muñeco. Con los brazos casi maniatados, no pude evitar el desastre y me rompí el codo del brazo derecho y sufrí una lesión en el izquierdo. “Ese momento les dije a mis compañeros que siguiéramos, pero ellos me obligaron a ir al hospital”. Tenían razón, como se vio luego. En diciembre, la artista se sometió a una operación y está recuperando el movimiento de sus manos. Pero no es la primera vez que la titiritera sufre un accidente. Hace unos seis años, cayó desde un segundo piso y se fracturó el brazo derecho. Es como si alguien o algo se empeñara en lastimar justamente la parte de su cuerpo que da vida a los objetos de trapo. Lo de los accidentes “ ha suscitado muchos chistes a mi alrededor. Mis amigos me llaman Mary Poppins o La novicia voladora”. Ella se lo toma con humor, pero siente que va siendo tiempo de dejar los escenarios y de “pasar el relevo muy pronto”. Mientras habla, no puede evitar mover las muñecas que poco a poco, mientras hablábamos, ha ido acumulando a su alrededor. “Cuando finalizamos un espectáculo —habla de su grupo—, nos reunimos para hacer una evaluación y contarnos cómo nos hemos sentido y vivido. Yo creo que la gente del teatro nos divertimos, somos felices cuando hacemos una función, aunque hay momentos difíciles, pues no es que uno se haga millonario con esto. Pero hay que gozar del teatro, no verlo como un trabajo. Y yo lo he hecho”. Periodista:Cristina C. Ugidos
29/03/2010
CULMINA EL VII FESTIVAL INTERNACIONAL DE TEATRO DE LA PAZ.-
Con un positivo saldo y luego de doce días de intensa actividad, el FITAZ 2010 bajó el telón del Festival bianual de teatro el pasado domingo 28 con dos sendas presentaciones del Píccolo Teatro de Milano-Italia y la compañía alemana Contanza. Antes de apagar reflectores el FITAZ otorgó su máxima distinción del “KUSILLO DE PLATA”al grupo” Malayerba” del Ecuador a su director Arístides Vargas, así como a Doña Morayma Ibañez emérita actriz y directora de Actoral Colibrí que también recibió la estatuilla del bufón andino por su vasta trayectoria en los escenarios;. El público paceño acompañó todo el desarrollo del Festival llenando las salas y volteando la taquilla de los diferentes escenarios elegidos para esta cita de buen teatro internacional y boliviano , que cada dos años se realiza en nuestra ciudad. Las actividades satelitales como , coloquios, seminários, talleres , foros y presentaciones de libros se cumplieron a cabalidad, destacándose el Workshops del Piccolo Teatro Di Milano dictado a directores y actores del teatro contemporáneo de Santa Cruz y La Paz, así como los coloquios sobre teoria y filosofia teatral que dictó el critico e historiador argentino Jorge Dubatti , y la presentación del libro “Teatro inmediato” de Marita Foix;. La dirección y el equipo de la organización del FITAZ todos dirigidos por Maritza Wilde se desempeñaron con mucha solvencia a lo largo del desarrollo de todo el festival, y a partir de hoy inician el trabajo de preparación del próximo FITAZ 2012;. Punto alto por el gran logro cultual que constituyó la realización de este mega evento teatral que cada dos años engalana los escenarios de La Paz.
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15/11/2009
RECONOCIMIENTOS DEL GOBIERNO MUNICIPAL DE LA PAZ.-
El pasado 5 de noviembre, el Gobierno Municipal de La Paz entregó reconocimientos a personalidades destacadas en la actividad cultural de esta ciudad. Merecieron menciones especiales Morayma Ibañez-Directora de Actoral Colibr- por su destacada trayectoria en el ámbito  cultural paceño y  su particular aporte al teatro para niños y; en representación del Teatro del Purgatorio, Raúl Beltán, como ganadores del 3er Concurso Municipal de Teatro "Raul Salmon", con su obra "Cuando Sale la Luna". El Teatro Muncipal de La Paz, celebró con  una Gala Cultural del Bicentenario,la entrega de premios y reconocimientos a los trabajadores del arte y la cultura, felicidades a todos.
 

15/01/2010
RETRIBUCION POR EL APOYO RECIBIDO.-
Cada fin de año, sucede “algo” en el corazón y el espíritu de las personas, y es particular de los niños y niñas. Ese algo que lastimosamente se va desvirtuando por el excesivo comercio  de regalos, ventas, compras y consumo….

 

Con el propósito de recuperar la reflexión en esta época sensible, el Grupo Actoral Colibrí presentó a fin de año, una creación de Morayma Ibañez basada en parábolas bíblicas. De esta manera, se retribuiye al público infantil por su apoyo durante todo el 2009 con seis funciones en las ciudades de  La Paz y El Alto. 

 

 


 



 
 
 
 
 
 
 
 
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